“Nazarenos de la Santa VeraCruz” – Por Antonia María Bazán Velázquez

Nazarenos de la Santa VeraCruz, un rosario de oraciones…

Una túnica blanca como la cal reviste de pureza el corazón de quien empieza con ella la justa oración vespertina cada Jueves Santo. Se ciñe la cintura con el cordón verde que anuda todo la verdad que guarda su alma y que emana por cada poro de su piel. Tiemblan sus manos al comprobar si está correcta la botonadura y cuenta bien los cinco nudos que señalan las cinco llagas de Cristo, su Dios y Señor a quien busca y encuentra en la Sagrada imagen del Crucificado de la VeraCruz.

El color de la tarde se va tornando más pasional y los sones del Pange Lingua nos anuncian que, en el monumento, ya se encuentra Jesús Sacramentado esperando a las buenas almas que quieran visitarlo. El nazareno se apresura a cubrirse con la capa que ondeará a su paso y

que lleva impreso el escudo que entraña su fe y devoción y que se mantiene vivo a pesar de los siglos. Sobre su pecho la medalla que atesora desde niño y es coraza de sus anhelos.  Cubrirá su cabeza como quien se coloca el yelmo que lo mantendrá a salvo, con el verde capirote que parece pretender alcanzar el cielo… de una mano su retoño, a quien tiene que enseñarle el sendero que le lleve por los caminos del Señor a la luz del Evangelio. En la otra mano, un Rosario, guiará su oración nazarena y penitente en las horas venideras cuando la luna de Nisán se alcance a ver en los cielos.

Tras la visita al monumento, el templo le aguarda encendido con el calor de sus hermanos vibrando bajo la atenta mirada de Dios crucificado en el Santo Leño verde y de su Bendita Madre, que nos consuela con su mirada llena de esperanza. Una Cruz, alumbrada por dos faroles, aguarda en la puerta abriendo paso al cortejo…uno tras otro, como un rosario de oraciones, los nazarenos van llenando las calles de nuestra localidad. Bajo el capirote no hay género ni edades, sólo hay corazones postrados ante la Santa VeraCruz y latiendo en color verde esperanza. Ahora no importa si es hermano de luz, escolta, vara, o insignia, lo único que importa es que somos Iglesia en marcha, anunciando que una vez más que Te adoramos Cristo y te bendecimos porque tu Santa VeraCruz venció a la muerte y es la esperanza de la gloria futura.