A las puertas de un nuevo noviembre, María Santísima de la Esperanza amanece ataviada para un mes que como siempre, viene cargado de luces y sombras, pues ante el dolor por la pérdida de aquellos a quienes queremos, se mantiene siempre firme la luz de la esperanza en alcanzar la vida eterna…Esa esperanza que nos devolvió el Señor cuando murió en la Cruz por nosotros.

Noviembre siempre nos trae en sus últimos días la Solemnidad de Cristo Rey que cierra el año litúrgico dejando paso al Adviento, en el que empezamos de nuevo la dulce espera del Nacimiento de Nuestro Salvador. Este año Cristo Rey, será doblemente celebrado en nuestros corazones, pues nuestra Santa Patrona procesionará por las calles de nuestro pueblo, con motivo de la entrega de las llaves de la Villa de La Algaba.

Por todo ello, la Madre del Señor viste en esta ocasión la saya de tercipelo brocada con damasco, donada por N.H.D. Julia González Torres, tocado de seda y manto de terciopelo negro y porta una de sus diademas de plata. En sus manos sostiene el Rosario de azabache y el que la Hermandad de la Soledad le regaló a la Stma. Virgen en 2019 con motivo de la celebración de nuestro aniversario fundacional.

Fotografía: Archivo de la Hermandad