Historia de la Hermandad

Bajo el título de Antigua, Real e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, Nuestra Madre y Señora María Santísima de la Esperanza y San Juan Evangelista; fue fundada entre 1585 y 1590 en el convento franciscano existente en nuestro pueblo, apareciendo los primeros datos históricos en 1612 cuando “el Convento de San Francisco de los Ángeles o bien su Hermandad de Vera-Cruz” encargan al escultor Blas Hernández Bello la realización de un San Francisco de Padua como se recoge en un oficio de Pedro del Carpio de 1615.

Durante cerca de tres siglos sigue funcionando, con diversas vicisitudes, hasta que deja de funcionar en el año 1848 debido a la extinción del convento de San Francisco y las diversas desamortizaciones producidas durante ese siglo. Posteriormente, en el año 1894 bajo los auspicios del cura párroco de la villa D. José Cáceres Santiago es reorganizada por un grupo de cruceros descendientes de antiguos miembros de la Hermandad, hasta nuestros días.

Nuestra Corporación procesiona en la tarde del Jueves Santo, desde la Parroquia Nuestra Señora de las Nieves, en la cual se encuentra nuestra Sede Canónica; vistiendo sus Hermanos nazarenos con túnica y capa blanca con cíngulo y antifaz de terciopelo verde.

Grupo de Mujeres Cruceras, que con su esfuerzo bordaron a mano el antiguo techo de palio de Nuestra Madre y Señora María Santísima de la Esperanza.

Primitivo Paso de Palio de Nuestra Madre y Señora María Santísima de la Esperanza; como curiosidad resaltar que el color del terciopelo era rojo, en alusión al carácter sacramental de las Hermandades de la Vera+Cruz, de ahí que el Señor conserve esa alusión al color de la sangre.

Iconografía del Arcángel San Miguel, el cual encarnado por N.H.D. María Dolores Carranza Calvo, procesionaba en la Estación de Penitencia de la Vera+Cruz de antaño.

Santo Lignum Crucis de la Confraternidad de Hermandades y Cofradías de la Vera+Cruz, el cual procesionó en la Estación de Penitencia del Jueves Santo de 2016. Este relicario visitó durante ese año las casas de los algabeños enfermos.